miércoles, 25 de agosto de 2010

Escaleras del cuadrado.

I

Me encuentro en un mundo distinto. El suelo es liso y verde hasta donde alcanzo a ver, el cielo está despejado y no hay absolutamente nada en ningún sitio. Ni viento. Sólo hay una construcción peculiar. Se trata de un cuadrado de unos 15 metros pintado de blanco, sin puertas ni ventanas. Tiene una escalera de pared en la izquierda de un muro. Subo. El techo es tambien liso blanco. Me siento de un tamaño enorme y veo algo pequeño en el centro del techo, como del tamaño de una moneda. Me acerco y veo que es una pequeña trampilla para entrar y salir. De repente ahora tengo un tenedor en la mano. Abro la pequeña trampilla y me asomo. Hay otra escalera de mano que baja en vertical hacia el interior del cuadrado, y por ella están subiendo una mujer y su hija. Cierro la trampilla corriendo. Tengo que atacarles con el tenedor según abran la trampilla, visto que el tamaño de la trampilla es como el tenedor y las dos son minúsculas también. Tardan en salir y tengo que analizar la situación. Tengo que entrar y bajar los pisos que tenga, que creo que son tres. Y está claro que lo que haya dentro es mi enemigo. Estoy empezando a agobiarme y tengo que entrar. Entro y, no se de que manera, mato a la mujer. Ahora todo es de mi tamaño. Estoy dentro del cuadrado, en su piso más alto. Esta todo oscuro y sucio. Veo por la luz que entra a través de la trampilla abierta. No hay un solo tabique ni un objeto, sólo suciedad. A la derecha hay un agujero en el suelo que baja al siguiente piso, con otra escalera vertical. Se oyen muchas voces y ruidos. Me acerco y veo que hay mucha gente corriendo sin sentido, con cosas en las manos. Esta todo sucio y parece peligroso. Un auténtico caos. Pero tengo que bajar y eso voy a hacer. Corriendo, atravieso esa planta y llego a la tercera y última planta. Me agacho para coger algo y cambio de escena.


II

Ante mí tengo los pies de un hombre trajeado. Estoy agachado debajo de un mostrador de El Corte Inglés. Desde aquí veo la salida detrás. Estoy con Jaime. Él compra algo mientras yo cojo algo del suelo. Estoy haciendo alguna ilegalidad aunque no se que.


III

Estoy con mi compañero Rafa en la facultad. Estamos en la entrada. Es grande, con sofás, alguna mesa grande y varios pasillos. En el centro hay una mesa llena de pasteles y al lado de unos sillones hay dos neveras repletas de refrescos y batidos. No hemos tardado en sentarnos a comer cosas. Todo esto lo sirve el Estado para los que estén necesitados. Ahora llegan varios profesores y se van a sentar. Hablamos un rato sobre todo esto, especialmente de la conveniencia o no de ese gasto por parte del Estado. Se dice de todo, pero todo el mundo come. Me estoy cansando de la típica conversación, así que me voy. Está lloviendo y yo no tengo paraguas, pero tiene Jaime. Me acabo de meter debajo del paraguas y no es Jaime, sino Mario. Me da igual, la cosa es no mojarme. Hablando de nuestro día normal llegamos a un edificio muy estropeado y entramos sin dudarlo. Esta lleno de gente con paraguas. Todo el mundo es igual, con su paraguas negro. Estoy subiendo unas escaleras cuadradas de caracol y me cuesta mucho no perderme y meterme debajo del paraguas equivocado. Me estoy agobiando y siento que estoy en peligro. Pierdo a Mario. Sólo me queda correr. Estoy en el edificio cuadrado de hace rato. Todo el mundo es peligroso, así que corro tanto como puedo huyendo de todo. Subo todas las escaleras que existen hasta llegar a la pequeña trampilla del techo, que atravieso hasta estar seguro del cuadrado.

3 comentarios:

  1. Tienes a la Justicia, los Derechos Humanos, los Servicios Sociales y la muerte muy asiduos a tu actividad nocturna ¿eh?

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  2. ¡¡Y el peligro!! ¡¡El peligro flota en el aire!!

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  3. La cosa es que la mayoría de las veces salen cuando me los salto. ¡Espero que al menos la muerte siga saliendo!

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